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Medellín

«Soy valluno de nacimiento, pero desde la parte sentimental, mucho más antioqueño»: Wbeimar Muñoz

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En la 18 Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, el reconocido periodista deportivo Wbeimar Muñoz Ceballos presentó su libro biográfico Wbeimar lo dice. Conversamos con él sobre su vasta carrera en medios de comunicación, sus sentimientos por la ciudad y las enseñanzas que les ofrece a las nuevas generaciones de periodistas. 

¿Cómo fue la experiencia de publicar su biografía?

“Yo hacía mucho rato estaba por escribir un libro, y el primer paso fue en 1994, cuando jugamos el Mundial de Estados Unidos, veníamos de golear a Argentina, 5 – 0, y para mucha gente, el favorito para ganar y fue el primer equipo eliminado. Entonces, “Bolillo” (Hernán Darío Gómez) me dijo un día: ‘¿Por qué no escribís un libro sobre toda esta historia de Nacional, que incluya Copa Libertadores y además que es la base de Selección colombiana?’ Y yo, con mucho gusto, lo hice con dibujitos para explicarle al más erudito en fútbol o al más ignorante, cómo jugaba Nacional tácticamente. Cuando ocurre lo de Andrés Escobar, a mí eso me dio un dolor tremendo, cogí los originales y los rasgué. Pasaron varios años, hasta que hace aproximadamente 7 años me contrató la Alcaldía de Medellín para dar una charla sobre los hooligans con Jorge Barraza, periodista argentino. Y como me avisaron con mucho tiempo, yo en 5 meses o 6, me devoré el material sociológico, antropológico, psicológico, de ese fenómeno social que eran las barras bravas en Europa. Y Jorge me entusiasmó mucho y me presentó a la gente de Planeta para que escribiera un libro sobre fútbol. Yo le dije: ‘Yo no tengo tiempo, la verdad, porque yo me mantengo con los libros y a eso le dedico 10, 12 horas al día para distraerme’. Entonces, Planeta volvió sobre el libro el año pasado, y lo que hice fue que les dije otra vez: ‘No’. Entonces me llamaron de Planeta: ‘Vamos a hacer una cosa: vamos a mandarle un periodista y usted cuéntele su vida y él la escribe’. Vino Andrés Ríos López, que es hijo de Juan Guillermo, el “Pote” Ríos, y venía una o dos semanas al mes, ajustamos entre 22 y 24 horas de charla y él las pasó al libro y le dio una forma narrativa, un estilo y un orden cronológico”.

Wbeimar Muñoz Ceballos y Daniel Echeverri Cardona

¿Cuál es esa anécdota que recuerda con mucha alegría y forjó esa carrera tan brillante que hoy sigue despertando admiración?

“En esos comienzos yo era mucho más de la parte cultural que de la deportiva, porque yo de 1961 en adelante, siendo pelado, llegué a ser director de la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia y me tocó aprender a los golpes, yo no sabía nada de ópera ni de zarzuela ni de música clásica, pero bueno, para ocupar el cargo me tocó, y por fortuna me asesoré de gente que sabía de música, de la cual aprendí mucho, y me hice con el tiempo muy aficionado a la ópera. Cuando llego a Caracol, Jaime Tobón de la Roche, que era un narrador muy famoso en aquel entonces, tenía un programa que se llamaba El café del deporte, que fue, diría yo, la génesis de La polémica que tuvo Caracol después. Él me decía: ‘Andate metiendo en el deporte’. Entonces un día vino Alex Gorayeb, presidente del Deportivo Cali, gran dirigente, y le pregunté: ‘¿Y usted qué opina de Sir Stanley Rous, ese famoso puntero derecho de Inglaterra que jugó hasta los 55 años de titular? ¿Cómo analizaría esa longevidad deportiva?’ Y él, dentro de su acento filipino: ‘Usted es un bruto. ¿Cómo confunde a Sir Stanley Rous, presidente de FIFA, con Stanley Matthews, el jugador de Inglaterra?’ Tenía toda la razón. No volví a preguntar, salí de ahí y me fui llorando para el apartamento. ‘Tendré que aprender de fútbol, porque una humillación de esta no la vuelvo a sufrir’. Hoy en día se lo agradezco mucho. Con el tiempo, cuando él fue el manejador de la Selección colombiana y puso a Bilardo en la Selección, cada vez que venía a Medellín con el Deportivo Cali me llamaba al Hotel Inter, y nos quedábamos un sábado desde las 8:00 p. m. hasta las 4:00 a. m. tomando tinto y hablando de fútbol, y con Bilardo. Fue mi comienzo deportivo. Después de eso me fui a hacer mi primer curso a Argentina, de la AFA (Asociación del Fútbol Argentino) en Buenos Aires, y desde entonces, me he preocupado mucho por seguir estudiando, haciendo pasantías con técnicos famosos, conversando con ellos, haciendo cursos en Brasil, Chile, Argentina y España; hice cinco másteres entre 2002 y 2022, y hoy en día sigo estudiando mucho de táctica, vivo actualizado, me encanta”.

Wbeimar Muñoz, conocido como «El Maestro» y «El Más Técnico de la Radio», con su libreta de apuntes de táctica de fútbol.

¿Usted qué formación académica tiene?

“Hice tres años de Derecho en los años 80, pero no pude terminar porque me coincidió con un infarto y estuve muy enfermo un tiempo. Tengo un Doctorado Honoris Causa de la Universidad Autónoma del Caribe en Periodismo y Comunicación Social y estoy ahora terminando Literatura y Filología. Mi proyecto es comenzar en febrero del próximo año Filosofía en la Universidad Pontificia Bolivariana y tan pronto termine hacer la culminación de mi carrera de Derecho. Mi formación no es tanto la académica, sino a través de los libros, porque soy un ratoncito de biblioteca”.

Algunos de los títulos académicos de Wbeimar Muñoz

¿Cómo ha sido esta experiencia ahora que tiene canal de YouTube?

“No soy experto en el tema digital. He tenido que aprender un poco por la universidad. Pero tengo una fortuna en la vida: Dios me ha dado muchos amigos y empezaron a llamarme para motivarme a abrir un canal de YouTube. No tengo camarógrafo; yo me grabo, me queda el cuadro torcido. Tengo un compañero que me ayuda mucho, que es Camilo Andrés Botero. Tengo otra persona, que es experta en mercadeo digital, que ya lo sube y lo hace público y le da sus retoques. Entonces, comenzamos muy rudimentariamente, sumando 5.000, 10.000, ya pasamos los 14.000 seguidores”.


¿Le parece que el ascenso vertiginoso del mundo digital y las redes sociales ha deformado el oficio del periodismo, en especial en la radio?

“Claro, lo que pasa es que en el mundo digital las nuevas tecnologías avanzan a un ritmo impresionante. Yo me quedo sorprendido. Estaba leyendo en estos días mucho sobre inteligencia artificial, la inteligencia artificial se está tomando el mundo. Y las grandes empresas van a crecer más a través de eso porque las pequeñas y medianas no tienen el capital para hacer una tecnología muy alta. Lo que me da temor es qué va a pasar con el tiempo. El hombre seguirá siendo creativo y la máquina trabaja con unos algoritmos donde no hay creatividad, es decir, te transmiten el conocimiento, te dan el concepto, pero los países están muy atrasados en legislación sobre inteligencia artificial. Están atrasados, inclusive, también en el tema de redes sociales. Las redes son muy buenas por la inmediatez de la comunicación, la inteligencia artificial por el tratamiento de datos a gran escala en poco tiempo. Pero a mí me surgen varias preguntas: ¿qué va a pasar con la ética, con el sesgo de la información, con la posverdad, si esa inteligencia artificial es manipulada? El manejo de la información como todos la queremos es que se informe y forme opinión, pero a través de la verdad, imparcialidad, objetividad. Vigilar que estos medios digitales no hagan del mundo los esclavos del gran hermano”.

Usted nació en Sevilla (Valle del Cauca). ¿Cómo llegó a Medellín? Háblenos un poco de su vida familiar

Wbeimar Muñoz Ceballos

“Vine a Medellín siendo muy pelado. Terminé el bachillerato de 15 años. Cuando tenía 13, un tío médico, Octavio Muñoz García, que fue compañero de consultorio de Jorge Franco Vélez, el autor de Hildebrando, me invitó a que viniera a Medellín, que me recibía en la casa, para que terminara quinto y sexto de bachillerato en el Liceo de la Universidad de Antioquia. Y cuando terminé quinto, entre otras cosas, me dio pena con él estarlo molestando y me independicé porque logré con un profesor, don Mario Aristizábal, que era del Instituto de Enseñanza Media de San Javier, conseguir un espacio en Radio Sinfonía 910 AM, en aquella época, y hacíamos un programa los domingos y logramos un patrocinio de una marca de camisas. Con esa platica ya podía independizarme. Conseguí un apartamento con un muchacho Jaime Montoya, que luego fue magistrado de tribunal en la parte laboral, muy amigo y paisano. Me quedé en Antioquia y me he sentido valluno de nacimiento, pero diría que desde la parte sentimental, mucho más antioqueño, porque Sevilla es producto de una migración que hubo del Suroeste antioqueño. Esa adaptación para mí fue muy rápida aquí en Medellín, además porque tenía familia por parte de papá y mamá. Tengo hijos de dos matrimonios, tengo dos hijas ya mayores y tres hijos también mayores todos, profesionales. Siempre les dije: ‘Plata no les dejo porque no soy una persona rica, pero sí les dejo estudio’. Es la parte fundamental de un padre frente a sus hijos”.

Usted es un referente para muchos periodistas. ¿Nos puede mencionar algún referente suyo, sea colombiano o extranjero?

“En la época en que viví en Argentina tuve la fortuna de conocer a tres personajes: uno, José María Muñoz, relator de América, murió en el año 95, era el narrador más escuchado en Argentina; un comentarista, llamado Enzo Ardigó, murió antes del Mundial de Argentina de 1978; también hice muy buena amistad con Osvaldo Ardizzone. Yo todos los viernes acompañaba a don Osvaldo a sus entrevistas para una revista que fue para mí la más famosa del mundo del deporte: El Gráfico. Y él se iba sin una grabadora, sin un lápiz, sin una libreta, a entrevistar al personaje, con tan buena memoria que el lunes, que yo leía el artículo, decía que ni grabada. Y era un hombre fabuloso, era un hombre de unas metáforas hermosas, por una parte, pero por otra de un humanismo grande”.

Wbeimar Muñoz Ceballos

Wbeimar Muñoz toma el Premio Rey de España, uno de los reconocimientos que ha recibido por la calidad de su trabajo periodístico

¿Cómo ha sido esa transición en su vida, del agite de comentar partidos de fútbol, participar en programas de opinión, y ahora en una faceta un poco más reflexiva, de las letras?

“Siempre he escrito, lo que pasa es que libros no, pero yo tuve en mi programa una sección que se llamaba Carta abierta a José Pueblo, que era una cosa muy lírica, porque yo a los 14 años cometía poesía, para emplearle un término de un buen amigo, que es Daniel Samper Pizano, una de esas épocas, la primera noviecita y todo, cómo no le vas a escribir un verso. A mí la literatura me gustó mucho, fui un gran lector, tuve una fortuna muy grande: el Liceo Antioqueño tenía una formación clásica, humanística. Uno llegaba a sexto de bachillerato y ya se había leído a los grandes de la literatura. A los 14, el primer libro que leí fue Fouché, de Stefan Zweig, y en colegio un maestro me dijo: ‘Usted es un buen lector, y si usted sigue de buen lector, va a ser una persona grande, importante’, y a mí eso me impactó. Yo había leído a Tolstói, a Dostoyevski, a Henry Miller… Y uno se iba formando en ese afán de lectura, y ya uno se vuelve un lector tan ávido que, si uno pasa unas semanas sin leer un libro, se siente como enfermo. Yo agradezco mucho que me haya tocado esa época. No me tocó estudiar griego, pero sí latín y el latín es fundamental como raíz del español”.

Una de las grandes pasiones de Wbeimar Muñoz es la lectura. Aquí una parte de su biblioteca

Le vamos a mencionar a algunos colegas suyos, referentes en Colombia, y pedirle que de cada uno nos diga una palabra o una frase que lo defina.

Hernán Peláez.

“Un hombre de una memoria fotográfica y un gran señor de la profesión”.

Iván Mejía.

“Iván comenzó conmigo, de esos alumnos que uno recuerda con mucho cariño, de los más estudiosos que tiene el fútbol colombiano, y para mí, el que mejor ve el fútbol en el país”.

Hernán Peláez, Iván Mejía. Carlos Antonio Vélez y Wbeimar Muñoz. Foto: capsulas.com.co

“El Paisita” Múnera Eastman.

“Trabajó conmigo varios años, hace mucho tiempo no lo veo”.

Jorge Eliécer Campuzano.

“Otro gran amigo Jorge Eliécer. Los argentinos, cuando hay una persona exultante en bonhomía dicen que es un ‘pan de Dios’. Para mí, Jorge Eliécer es un gran narrador, pero sobre todas las cosas, lo primigenio es que es un pan de Dios”.

Édgar Perea.

“Fue un hermano para mí, lamentablemente se fue. Con él tengo cientos de anécdotas, viajes por el mundo entero, lo quise como un hermano”.

Carlos Antonio Vélez.

“Otro de los hombres estudiosos del fútbol, un hombre serio, profesional, dedicado, muy respetable en la profesión”.

Gustavo, el “Tato” Sanint.

“El Tato es otro de los alumnos nuestros. Ya tiene su programa en un canal de YouTube. Ese es otro de los personajes que yo diría que lo quiero como un hijo”.

1992. Wbeimar Muñoz Ceballos y el narrador Gustavo Tato Sanint, acompañados por Francisco Maturana. Foto: capsulas.com.co

Usted fue alcalde cívico del deporte y la cultura de Medellín y nos contaron que lo invitaron en alguna ocasión a participar en política, a aspirar al Concejo de Medellín. ¿Cómo ha sido ese rol cívico – político suyo?

“El político: nunca quise equivocarme, pero a mí sí me llamaron para ser concejal en este periodo del 24. Tenía muy buenas ideas y me entusiasmé mucho, pero me puse a averiguar con políticos amigos muy importantes, exalcaldes, exgobernadores… Y yo recordaba las palabras de Rodrigo Saldarriaga, no sé si lo recuerdas, que fue el director del Pequeño Teatro. Una vez se lanzó a la Gobernación y él me decía: ‘En política por donde metas el dedo sale pus’. Y llegué a la conclusión de que era mejor que no. Porque mira, si tú no votas con tus compañeros, ahí tienes los enemigos, la misma facción política. Y si votas contra los otros, también los vas a tener. Y yo conozco el caso de personas aquí que han ensuciado su nombre y que han sido personas honestas a toda prueba. Y lo de alcalde cívico: yo estuve cuatro años (1996 – 1999) haciendo básicamente una labor social. Ese es un cargo ad honorem, eso no se cobra. Y traté en ese tiempo de hacer una recogida de armas en las comunas, logramos recoger muchas y entregarlas a la brigada, a cambio de hacer pequeñas bibliotecas o entregar libros, o hacer escenarios deportivos pequeños. Yo creo que en ese aspecto jugué bastante bien”.

Wbeimar Muñoz Ceballos

¿Un consejo que usted les pueda dar a los periodistas de medios alternativos, independientes, comunitarios, que muchas veces no tienen tanta exposición, que hacen una labor silenciosa en sus territorios?

“Yo creo que el oyente de uno es como un hermano. Yo por lo menos los quise toda la vida y yo siempre les dije que los quería mucho. Y hoy en día cuando los recuerdo también les digo que los amo. Y a mi mujer se lo recuerdo todos los días y a mis hijos y a mis amigos cuando me llaman yo les digo: te quiero. No dejes pasar un día de tu vida sin expresarle el amor a la gente que está en tu corazón. Y lo otro que le aprendí a Leo Buscaglia (escritor estadounidense) y que se los recuerdo a los estudiantes de comunicación cuando me invitan a una charla: nunca dejes pasar un solo día de tu vida sin aprender algo nuevo. Ese es el mensaje para el periodista”.

Wbeimar Muñoz Ceballos es reconocido también como un gran conversador

Por último, para usted, ¿qué significa Medellín?

“Yo tengo tres ciudades que amo: Sevilla (Valle del Cauca) me dio la vida y la familia; París, donde muchas veces he querido vivir, pero económicamente no he podido radicarme un tiempo allá. Y la otra, Medellín. Medellín me dio el amor, los hijos, la profesión. Un día yo hablaba con mi mujer. En el año 75, a finales, Caracol me nombra director general de la cadena. Entonces me llama Jaime Tobón de la Roche y me dice: ‘¿Qué te vas a ir para Bogotá a ese frío? No, quédate aquí. Ah, porque yo me iba inclusive de la radio a trabajar con una agencia de publicidad a la que presté servicios y, con trabajos míos como copywriter, ganó varios premios India Catalina. Entonces me dijo: ‘No, quédate aquí que yo mejor te abro un espacio inicialmente de media hora y no te cobro el arrendamiento y tú pagas a tus empleados y vendes la publicidad’. Y ahí nació Wbeimar lo dice. Entonces yo le decía a mi mujer, un día: ‘¿Yo por qué no me fui para Bogotá?’ Porque a los que se fueron, como Javier Hernández Bonnet, que se fue mucho después; Carlos Antonio Vélez y otros por el estilo, que ganan millonadas. Entonces yo no sé por qué en ese momento no me acordé sino de la plata. Estaría rico, le decía yo a mi mujer’. Y se queda mirándome fijamente y me dice: ‘¿Sí? ¿Y Bogotá te hubiera dado el mismo cariño que te da Antioquia, que por donde andas la gente te trata con ese respeto, ese amor, ese agradecimiento por todo el corazón que le diste?’ Y ese día mi mujer me dio una lección que jamás olvidaré: primero está ese amor de la gente; el dinero es secundario. Yo creo que uno vive más del cariño, del afecto, del amor de los congéneres, que de la plata que te echas al bolsillo y se va por el mismo hueco de siempre”.

Wbeimar Muñoz Ceballos

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