El ruido se considera un contaminante porque su presencia o vibraciones en el ambiente pueden causar no solo molestia sino también efectos negativos en la salud de las personas o cambiar el ciclo migratorio, de reproducción y de depredación de los animales.
Este día nos invita a ser conscientes de la contaminación acústica que podemos generar y a ser responsables con las acciones que ejecutamos desde nuestra cotidianidad para encontrar un equilibrio que permita disfrutar de ambientes sonoros más saludables.
Es hora de que nos detengamos, escuchemos y actuemos, por eso:
- Mantenga en buen estado su vehículo, con ello se evitará ruidos y vibraciones no deseadas.
- Controle el ruido de los diferentes electrodomésticos de su casa, manteniendo un volumen moderado y haciendo mantenimientos de estos de manera paulatina.
- Para sus desplazamientos, opte por medios de transporte no motorizados como la bicicleta y caminar para reducir el ruido del tráfico en el barrio.
- No use herramientas ruidosas en horarios nocturnos.
- Evite el uso de pitos en los vehículos.
- Opte por vehículos menos contaminantes como los eléctricos, los cuales aportan niveles sonoros mucho menores que los convencionales.
- Intente mejorar el aislamiento de su casa, utilizando cortinas gruesas o burletes en las ventanas con el fin de reducir el ruido exterior.
Todos somos partícipes en la trasformación de la ciudad y a través de la implementación buenas prácticas, podemos contribuir en la construcción de entornos acústicamente equilibrados, más respetuosos con nuestro ambiente y con nuestra salud.