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Medellín

Adriana lidera una de las Familias Fuertes y Resilientes de Medellín

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Familias Fuertes y Resilientes es un programa de la Secretaría de Salud de la Alcaldía de Medellín que se enfoca en la salud mental y la sana convivencia de muchos hogares de la ciudad. La familia de Adriana Bonilla es una de las participantes. Presentamos su historia en octubre, mes de la salud mental. 

Su voz fuerte refleja la dureza de su vida. Sin embargo, se ríe con frecuencia, con la alegría de una madre valiente que lo da todo por los suyos. Adriana María Bonilla García tiene 54 años y cuatro hijos: Diana Paola, de 38 años; Juan Pablo, de 25; Juan Sebastián, de 17, y Ángel Gabriel, de 12. Los dos menores son hijos solamente de su esposo, John Jairo Ossa Arboleda, pero para ella también son sus hijos y los trata con el mismo amor que a los mayores.

Adriana vive con su esposo y sus tres hijos hombres en el barrio La Ladera, comuna ocho (Villa Hermosa), oriente de la ciudad y lidera uno de los grupos familiares que participan en Familias Fuertes y Resilientes, programa de la Alcaldía de Medellín que se enfoca en la salud mental, promoción de estilos de vida saludables y buenas relaciones interpersonales en los hogares.

Adriana ríe con frecuencia.

Lina Bedoya, líder de Promoción y Prevención de la Secretaría de Salud, explica que el programa cuenta con siete componentes: la familia se encuentra para el cuidado, familias fuertes y resilientes, promoción de la convivencia, el cuidado y la equidad; acompañamiento familiar e individual, movilización social, encuentros de pareja y escuela del ser y el liderazgo.

Por ahora, el programa está concentrado en brindarles apoyo psicosocial a 1300 familias de las comunas Manrique, Castilla, Robledo, Villa Hermosa, La Candelaria, Laureles – Estadio y La América, y los corregimientos San Sebastián de Palmitas, San Cristóbal y Santa Elena. Para ello tiene un equipo de más de 40 profesionales, entre gestores, especialistas en familia, psicólogos y trabajadores sociales. Funciona con recursos de presupuesto participativo. Las familias interesadas pueden inscribirse y obtener más información en el sitio web www.fundacol.org.

Un hogar de La Ladera

Adriana vive con los hombres de la familia en un apartamento de un quinto piso. En la sala, un pesebre y un cuadro de la Virgen delatan su devoción católica. Su esposo tiene 57 años y es conductor de tractomula, se la pasa por las carreteras del país y permanece poco tiempo en casa. Juan Pablo se dedica a la gastronomía, es parrillero; Juan Sebastián cursa formación para el Trabajo y el Desarrollo Humano y Ángel Gabriel estudia bachillerato. Diana, la mayor, vive aparte con su hija.

Juan Pablo Ossa y su madre, Adriana Bonilla, en su conjunto residencial en el barrio La Ladera.

Adriana y su esposo siempre han habitado en La Ladera. “Mi matrimonio tuvo una ruptura de diez años. Mi esposo tuvo estos dos niños, Juan Sebastián y Ángel Gabriel. Cuando empezamos aquí a convivir con toda esta situación, a mí me hablaron del programa. Yo veía que yo no podía manejar muchas situaciones, porque de todas maneras es duro”, relata la señora.

Lleva buen tiempo en Familias Fuertes y Resilientes. Destaca el acompañamiento de la Alcaldía de Medellín  y, especialmente, de Carolina Vásquez Osorio, sicóloga del programa en la comuna ocho, por el trato amable y la orientación que les brinda.

Se fortalecen lazos familiares

Los profesionales hacen encuentros semanales con las familias, ojalá con todos sus integrantes para un mayor impacto. Son ocho sesiones, de una o dos horas, en las que escuchan a los ciudadanos en un acompañamiento familiar e individual y hacen actividades con diversos materiales en busca de construcción colectiva. Los encuentros con la familia de Adriana son los sábados y se dan en el parque biblioteca León de Greiff, La Ladera, que queda a unos diez minutos de su vivienda.

Al principio, los funcionarios de este programa de la Secretaría de Salud revisan qué piensan los miembros de las familias acerca de la crianza, la educación, relaciones interpersonales, sana convivencia, y al finalizar los vuelven a evaluar para evidenciar los cambios.

Adriana es ama de casa y es muy activa. Además de participar en la estrategia Familias Fuertes y Resilientes, asiste a actividades del programa para los adultos mayores: ejercicio y natación, y antes estuvo en danzas.

Adriana y su hijo Juan Pablo en el bosque que está entre el parque biblioteca La Ladera y su unidad residencial, en la comuna ocho.

Sostiene que, a raíz de la atención que reciben en Familias Fuertes y Resilientes, sus hijos menores muestran una actitud diferente en sus centros educativos: “Han aprendido. Le ha servido a toda la familia, porque a mi esposo en ocasiones, cuando estamos en la sesión, yo le pongo la videollamada para que vaya escuchando. También le gusta. Hemos aprendido a tener disciplina, respeto, paciencia, como a discernir primero las cosas antes de hacerlas. Hemos estado muy atentos y hemos sabido salir adelante”.

En cuanto a la forma como el acompañamiento le ha aportado a su gente, valora que ya Juan Sebastián habla con sus compañeros de estudio con más facilidad y que ha mejorado la comunicación entre ella y su esposo con respecto a las normas y la enseñanza de la disciplina a sus hijos. Adicionalmente, el diálogo con los vecinos también se ha fortalecido.

Por eso, Adriana quiere seguir en el programa con su familia. “Mejor dicho, hasta que la muerte nos separe –apunta con su espontaneidad y se ríe-, porque nosotros le ponemos el mayor amor, la mejor dedicación y estamos muy felices”.

Unidos y con salud 

Juan Pablo también nota estos cambios positivos que está experimentando la vida familiar: “Obviamente la diferencia de ver los niños cómo llegaron a cómo están ahora es muy grande. Nosotros éramos cada uno por su lado: mi mamá con los niños, mi papá en su trabajo y yo en el mío. Y en la casa, cada uno en su pieza, en su entorno, no se compartía con nadie. Últimamente, cuando mi papá está acá y ellos, ya muchas veces somos acá en la sala hablando y riéndonos”. 

Juan Pablo y Adriana, su madre, coinciden en los sueños que tienen: que su familia esté bien, tranquila, unida y con salud. “Yo me sueño viviendo en una casa, en primer piso, una casa que sea más amplia, donde todos tengamos más espacios. Me sueño viendo a estos muchachos profesionales y que todos estemos bien, aliviaditos”, dice la señora.

Familias Fuertes y Resilientes es una buena base para ellos y muchos otros hogares de Medellín en salud mental y sana convivencia, así que ojalá se materialicen los proyectos de Adriana y sus seres queridos.

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