El Teatro Carlos Vieco Ortiz se inauguró en 1984. Ubicado en el cerro Nutibara, el teatro al aire libre es un ícono de la cultura en Medellín y, especialmente, del rock. De él hablamos con Alejandra Múnera Benthan, historiadora de la Universidad de Antioquia, quien trabajó en la realización del documental Existir es resistir, con el que la Alcaldía celebra los 40 años del teatro.
¿En qué proyecto está trabajando con la Alcaldía de Medellín?
“El proceso con el Teatro Carlos Vieco y con las Casas de Cultura comenzó el año pasado, porque ellos estaban buscando en su línea de memoria cómo implementar o hacer unos primeros avances en la recuperación de la memoria visual del teatro. El año pasado se hizo una primera fase en la que se hizo una primera investigación, en la que se abordó prensa, sobre todo el Archivo Histórico de Medellín, y se pudieron encontrar cosas muy interesantes.
Lo primero fue toda esa etapa de ideación y de construcción del teatro. Y en la prensa todo lo que vino después de la inauguración, las múltiples dificultades que atravesó el teatro, los múltiples cierres y demás. Relacionado también, todo el tema cultural que atravesó el teatro; hicimos como una pesquisa hasta el cierre, hasta 2021, que reabrió el teatro.
Este año me convocaron nuevamente para ampliar esa investigación, pero más allá de ampliar, querían poder trabajar para un producto que se lanzara con motivo de los 40 años del teatro.
Ellos (la Alcaldía) tenían la idea de que fuera un minidocumental o un corto documental basado un poco en esa investigación previa. Este año empezamos en septiembre y ya terminamos este domingo, 17 de noviembre, con la presentación.
La idea que tiene el teatro y, por lo menos, desde Casas de Cultura, es seguir fomentando la línea de memoria y cada vez profundizar más el tema de la investigación sobre el teatro”.
En las fases anteriores del proyecto, ¿ustedes entregaron un texto con la historia del teatro?
“Sí, pero es un texto muy de acercamiento porque no está finalizado realmente, no se ha publicado. Este año, con toda la información, porque como el producto era precisamente el documental, con la gente que entrevistábamos sí ha habido nueva información que aparece. Incluso hoy nos han contado cosas, esta misma semana, cuando ya el documental está saliendo. O sea, todavía hay manera de que esa historia o ese primer texto siga enriqueciéndose.
Para este ejercicio del documental me contrataron únicamente a mí para la investigación y también hice temas como de producción, contactando a las fuentes, y elaboré un guion para el documental. Y el equipo estuvo conformado por personas que pertenecen al teatro y a la Secretaría de Cultura Ciudadana”.
¿La realización audiovisual es de la Secretaría?
“Es de la Secretaría. Trabajaron Juan Camilo Alzate y otras personas”.
¿Y el documental ya está listo?
“Sí, se va a estrenar entonces este domingo, 17 de noviembre, en el teatro”.
¿De qué se trata el acto que prepararon para este domingo, 17 de noviembre?
“El teatro ha querido hacer una celebración de sus 40 años y ha definido una serie de actividades para ese día, que va a ser este domingo, 17 de noviembre, a las 3:00 de la tarde. Pensamos hacer primero un conversatorio, vamos a hablar con otras tres personas que participaron en el documental: Santiago Arango, comunicador, periodista, melómano, y que en la actualidad coordina el Centro de Documentación Musical El Jordán; Patricia Valencia, comunicadora, y Fabio Garrido, cantante de Frankie Ha Muerto.
Vamos a tener una conversación sobre las memorias, sobre el teatro, la resistencia, la resiliencia. Luego se va a hacer la entrega del mural Posterioridades: una antología gráfica del Teatro Carlos Vieco Ortiz, que es resultado de un proceso de convocatoria que realizó el mismo teatro a través de Fomento y Estímulos para el Arte y la Cultura 2024, que tiene la Secretaría. Y el colectivo ganador, Deúniti, hizo este trabajo. Y se finalizará con un concierto de cuatro bandas locales que ganaron la convocatoria de Estímulos para el Arte y la Cultura 2024: dos que tuvieran un recorrido, que se hubieran presentado en el teatro, que tuvieran una cantidad de experiencia importante, es decir, ya muy reconocidas, y otras dos que fueran unas bandas emergentes, pero que también se hubieran presentado en el teatro con arte urbano. Las cuatro bandas son La Doble A, Los Suziox, Neural y Los Malkavian”.
¿Y el estreno del documental?
“Sí, luego del conversatorio”.
¿Cómo se llama el documental y cuánto dura?
“Se llama Existir es resistir y dura 38 minutos. Nosotros sabemos que en la historia del Carlos Vieco han pasado todas las expresiones artísticas, pero se quiso enfocar con el equipo de Casas de Cultura, con la gente que tenía la iniciativa, se tomó la decisión de enfocarlo exclusivamente en el rock, porque también se ha presentado el Festival Internacional de Poesía, que tiene todo su recorrido ligado al teatro. Pero se quiso enfocar este producto con esa relación que tiene el teatro tan intrínseca con los sonidos locales, con el rock local.
Quisiera que se pudiera exhibir, por ejemplo, empezando por los mismos equipamientos de la Secretaría, las Casas de Cultura, en el mismo Centro de Documentación El Jordán, que sería un lugar súper.
Hay imágenes de archivo de la Biblioteca Pública Piloto, del periódico El Mundo, de Telemedellín, Teleantioquia, de los mismos músicos; revisé prensa en la Universidad de Antioquia”.
Fotografías del archivo del periódico El Mundo de 1983 y 1985, respectivamente.
Hablemos del teatro. ¿Cómo se llegó a su construcción?
“El teatro es una iniciativa de los dirigentes de la época. Siempre estuvo en la cabeza de muchos dirigentes durante muchos años. Pero lo más contundente que pudimos encontrar en el Archivo Histórico de Medellín fue que desde 1940 hay unas iniciativas por tener un teatro al aire libre. Y se tenían pensadas dos locaciones inicialmente: el cerro Nutibara y el cerro El Volador. En un periodo muy corto de la historia se pensó hacer los dos teatros.
Es una idea que estuvo ahí mucho tiempo, en los 50, en los 60, y en los 70 finalmente empieza a coger forma. Y coincide también con las adecuaciones que se le hicieron al cerro Nutibara para que fuera lo que conocimos después, el Pueblito Paisa y demás, posteriormente el parque de las Esculturas y todo eso.
La licitación para construir el teatro se abrió en noviembre de 1980. Este es un sitio público, aunque tuvo recursos de la Cámara de Comercio también, inicialmente. Y después de unos años muy largos y muy complejos, se inauguró el 11 de agosto de 1984”.
¿Por qué el nombre de Carlos Vieco?
“Inicialmente se le quería llamar Pedro Nel Gómez, como un homenaje al artista. Pero en el 80 el Concejo de Medellín, en noviembre también, casi coincidiendo con el comienzo de la licitación y demás, decide darle el nombre de Carlos Vieco Ortiz (1900 – 1979), como una manera de homenajear a este compositor antioqueño tan prolífico”.
¿Por qué el Teatro Carlos Vieco es tan importante en la ciudad?
“El teatro ha sido testigo y ha estado relacionado con los cambios que ha tenido esta ciudad. Se inauguró en una época muy difícil, en los 80, cuando estábamos comenzando a atravesar el drama que empezaba a dejar el narcotráfico y demás.
Fue una de esas pocas iniciativas que estaba pensada para el esparcimiento de la gente, teatro del pueblo para el pueblo lo llegó a llamar El Colombiano cuando se inauguró. Y era porque no había espacios de este tipo en la ciudad en esa época. E inicialmente, en sus primeros años, sí se manejó una oferta muy familiar: teatro, títeres. Quería estar muy relacionado con la misma oferta que trataban de poner en el cerro Nutibara, entonces querían que esas dos cosas conversaran.
Y a partir de ahí fue utilizado por muchas expresiones artísticas. Una de las más importantes, que todo el mundo lo reconocerá, es el Festival Internacional de Poesía, que es uno de los hitos culturales de la ciudad, que sigue estando muy ligado al teatro.
Y es como ese ADN que tiene de que sea un lugar para todo público, lo que hizo que paulatinamente el teatro se fuera convirtiendo en lo que se llegó a 2019, que propició la movilización ciudadana para su recuperación.
Entonces, no solamente está en el ADN de la ciudad, en la historia y sus cambios, es decir, la crisis del teatro, la crisis de la ciudad, su renacimiento coincide con el renacimiento de muchos momentos de la ciudad.
Y en términos de música, que es lo que vamos a ver en el documental, está muy ligado a la ebullición del rock local, del nacimiento de músicas alternativas en la ciudad. Y se fue consagrando como un lugar, casi como el templo del rock, básicamente. Así fue nombrado y sigue siendo nombrado”.
Diego Cortés, gestor cultural del Teatro Carlos Vieco, habló de los cambios que ha tenido este espacio.
Mencióneme algunos artistas o bandas que se hayan presentado en el Vieco. “Kraken. Uno de los primeros conciertos de rock que se hicieron en el teatro fue el de Kraken en 1987.
Luego se han presentado bandas que fueron icónicas de los 90: Juanita Dientes Verdes, Polvo de Indio, Bajo Tierra, Frankie Ha Muerto, Ekhymosis (banda en la que cantaba Juanes), Estados Alterados, Aterciopelados, Tenebrarum, Masacre”.
Mural Posterioridades: una antología gráfica del Teatro Carlos Vieco Ortiz, elaborado por Deúniti.
¿El Teatro también ha estado relacionado con el Festival Altavoz?
“Está muy ligado a Altavoz. Las etapas clasificatorias se hicieron acá, sobre todo las que tenían que ver con metal. Y una vez que reabre el teatro, después de su repotenciación, de que, básicamente, lo volvieron a armar, Altavoz regresa, en sus etapas eliminatorias, al Carlos Vieco”.
El mural elaborado por Deúniti muestra varios momentos importantes de la historia del Teatro Carlos Vieco.
¿Cuáles son las principales etapas en estos 40 años del teatro?
“Hay una primera etapa de mucha ilusión. Es que este teatro fue muy esperado. Entonces es como la crónica de una ilusión. Es un sitio que siempre, por lo menos desde la dirigencia, fue muy querido y esperado. Entonces esos primeros años de ideación constituyen una primera etapa de construcción.
Y de las múltiples dificultades que el proceso de construcción del teatro llevó a cabo. Una puede estar en esa segunda etapa de la inauguración hasta un primer cierre que fue en el noventa y pico para hacer adecuaciones, para hacer repotenciación de ciertas cosas.
En algunas etapas se hicieron muchas adecuaciones y seguía funcionando, aunque bajaba como la intensidad de su oferta para poder hacer ambas cosas, tanto para hacer sus arreglos como para que tampoco se cerrara del todo.
Hubo varias etapas así. Y esos noventa fueron, los noventa fueron muy importantes por lo que te digo, la explosión de los sonidos locales, pero paralelo también se utilizó para lo que ya habíamos hablado, el Festival de Poesía y otras expresiones artísticas. El Festival del Despecho se hizo acá y posteriormente, ya en la época de los 2000, fue como el lugar del Concierto de la Juventud, que se hacía un poco paralelo a la Feria de las Flores, que era ese espacio para los jóvenes dentro de una feria con otras diversidades. Y tuvo un cierre largo.
Y el último cierre fue a partir de 2014. En 2014 se cierra en diciembre porque ya estaba muy deteriorado el Carlos Vieco. Y en 2019 se hicieron muchos estudios sobre las condiciones.
El Teatro Carlos Vieco, como la ciudad misma, ha tenido grandes transformaciones en estos 40 años.
En 2019 se iniciaron ya los trabajos de esta remodelación. Pero ya se habían hecho unos estudios de cómo el teatro estaba muy deteriorado y básicamente había que volverlo a hacer. En el 2019 comienza la remodelación. Y con temas de pandemia la entrega se tardó y finalmente lo entregaron en 2021.
Y en el 2021 hubo una reapertura, en esa cola de la pandemia. Y ya desde entonces el teatro ha seguido albergando todas las diversidades culturales posibles de esta ciudad.
Estuvo muy interesante que se construyera el teatro. En esos años se apeló a la primera mujer ingeniera graduada de la Universidad Nacional, sede Medellín.
Sonny Jiménez Arbeláez fue la primera mujer graduada como ingeniera civil y de minas de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín. Su tesis de grado fue precisamente el ‘Anteproyecto de un teatro al aire libre en el cerro Nutibara’, dirigida por Pedro Nel Gómez,. Y un poco al principio se basó la idea del teatro en sus estudios.
La Sociedad de Mejoras Públicas incentivó esa iniciativa en 1957, argumentando que los estudios para llevar a cabo la obra estaban listos. Hacía alusión a esa tesis de grado”.
¿Qué fue lo más gratificante y lo más difícil en el proceso de investigación sobre el teatro y en el de realización del documental?
“El año pasado creo que haber recabado mucha información y darse cuenta, porque uno como ciudadano siempre ve que están los lugares ahí. Pero hacerse la pregunta de esos lugares de dónde, por qué, cuál es la iniciativa, recabar sobre la historia, siempre es bien emocionante.
Camerinos para los artistas que se presentan en el teatro.
A mí lo que más me emocionó fue encontrar que el Archivo Histórico de Medellín tiene un acervo documental de todo ese momento de ideación hasta la construcción. Tiene incluso los diarios de los interventores, todas las disputas que hubo.
Encontrar en prensa o poder corroborar eso que pasaba en lo que te dice el archivo también me parece muy bonito, y poder construir una línea de tiempo de cómo ha sido la vida de este lugar.
Y este año, ya con el proceso del documental, relacionar la historia de este lugar también con la experiencia propia fue muy emocionante para todos los que estuvimos, la gente que apoyó desde Casas de Cultura, la coordinadora de la línea de memoria; ver la selección de las personas a las que entrevistamos y decir, uy, es que es bonito ver la gente que admiraste cuando estabas adolescente, cómo su vida también se entrelaza con este lugar. Eso ha sido muy bonito, ver cómo todos esos artistas tienen ese sentimiento de alegría o de nostalgia y cómo sus vidas están entrelazadas con la historia de este lugar”.
Varios de los renovados espacios del teatro, que cuenta con rampa para el acceso de personas con discapacidad.
¿Cómo proyecta usted el futuro de este teatro?
“El teatro tiene que seguir con las apuestas que se le ha intentado dar, seguir convocando nuevos públicos. Hay unas cosas muy complejas porque el teatro estuvo cerrado desde 2014 hasta 2021 y eso es una generación de chicos.
Entonces, ¿cómo volver a posicionar el teatro en una población que ya es muy distinta, que los públicos son diferentes, que los consumos culturales también han cambiado? Ese es el reto y es a lo que yo creo que hay que apostarle y siento que se le ha intentado apostar al permitir que mediante toda la oferta cultural el teatro siga siendo relevante e importante para la ciudad.
La manera en que puede construir nuevas memorias en los jóvenes y en los ciudadanos que, aunque ya quizás no están viendo sus bandas favoritas de hace 20 años, pues pueden acudir a nuevas expresiones artísticas y culturales”.