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Medellín

Luis Adrián Bedoya: desde Terminales Medellín se erige como un guardián del planeta

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De su natal municipio de Santa Bárbara, llegó un día a Medellín a trabajar en los jardines de la Terminal de Transportes del Norte.  Y desde allí, con su dedicación y amor por la tierra, Luis Adrián va cultivando su futuro y sembrando vida con su arte jardinero. 

Luis Adrián Bedoya Cañaveral es como Ma-Ti: el joven personaje suramericano de la serie animada El Capitán Planeta, que tiene el dominio del poder del corazón y el amor por la tierra. Este don, según Adrián, es la principal herencia de su abuelo Álvaro Valencia, quien lo educó en la vereda Loma de Don Santos de Santa Bárbara, Antioquia. Como Ma-Ti, Luis Adrián es delgado, de baja estatura y tez trigueña. Ambos tienen la capacidad de unir los elementos para evitar la destrucción y hacer surgir la belleza. Pero hay una gran diferencia, Luis Adrián ¡es de carne y hueso!

Jardinero Terminales Medellín

Luis Adrián Bedoya Cañavera, jardinero Terminales Medellín

Sueña ser alcalde de su municipio

Bajo la “pava” de ala ancha, se esconde su rostro de sonrisa perenne y se escucha el susurro tímido de una voz que expresa la firme intención de convertirse en alcalde de Santa Bárbara para impulsar el campo, porque según él: “sin comida no hay ciudad”. 

Su historia

Cuando tenía 10 años, su madre, doña Marleny Montoya, se vio obligada a migrar a la gran ciudad, con el sueño de encontrar un mejor futuro para sus hijos. Ella dejó a Luis Adrián al cuidado de sus abuelos y, lo que pudo ser un acontecimiento frustrante, se convirtió en el detonante de su gran talento: unas manos prodigiosas capaces de generar vida.

En Loma de Don Santos, Adrián se convirtió en testigo del liderazgo de su abuelo, quien fue presidente del acueducto veredal, asumiendo la tarea de proteger y llevar diáfano el preciado líquido, desde la bocatoma, hasta las casas de sus vecinos. Junto a su abuelo correteó entre cultivos de mango, aguacate, cacao, café y caña de azúcar, paisajes y manjares que le otorgaron una vida plena y feliz, cuando atizaba el fogón que deshidrataba el jugo de la caña en el trapiche comunitario, de esta vereda de vocación panelera.

Jardinero Terminales Medellín

Luis Adrián Bedoya Cañavera, jardinero Terminales Medellín

A sus 18 años, Adrián salió de Loma de Don Santos para buscar un horizonte más claro, encontrando una nueva faceta de su vocación como guardián del ambiente, en la empresa de aseo del área urbana de Santa Bárbara. Allí recogió y separó por tres años la basura de los más de 22 mil habitantes de esta población del Suroeste antioqueño.

Jardinero Terminales Medellín

Luis Adrián Bedoya Cañavera, jardinero Terminales Medellín

Enfrentado nuevamente al desempleo, pero sin perder la esperanza, un amigo lo animó a presentar su hoja de vida para desempeñarse como jardinero en Terminales Medellín: “entonces me dijo, venite para Medellín que allá hay un trabajo para jardinear, y yo le dije, ¡ahh, eso es lo que me gusta a mí, ese es el arte mío; por eso me vine para acá!” 

Su vida en Medellín

Desde entonces, Luis Adrián vive con su madre y su hermano menor en el área rural del municipio de Caldas, Antioquia. Se levanta a las cuatro de la mañana y emprende su recorrido en bus alimentador del Metro hasta Caldas y de allí se enlaza para dirigirse a Medellín. En ese medio de transporte llega todos los días antes de las siete de la mañana hasta la Terminal de Transportes del Norte, se pone las botas, el uniforme, su “pava” y con machete y azadón en mano, sale para embellecer los más de 25 mt2 de zonas verdes con las que cuenta este espacio. 

Jardinero Terminales Medellín

Luis Adrián Bedoya Cañavera, jardinero Terminales Medellín

Gracias a su vocación, ha logrado un jardín florecido que absorbe al menos 32 toneladas de CO2 al año  y, como su abuela paterna Virgelina Valencia, le habla con amor y cariño a sus plantas, convencido de que estas, son seres sensibles. 

Los fines de semana, este guardián ecológico de Terminales Medellín, alterna su vocación con su talento empírico como sonidista, demostrando su pericia al mezclar en su consola de ocho canales, toques y ensayos del famoso músico Fernando González y su Combo ¡Qué Nota!. 

Así es Luis Adrián. Uno de muchos de esos personajes anónimos, que desde su quehacer cotidiano ayudan a construir una ciudad más armoniosa, más agradable y más bonita para los ojos de quienes habitamos en ella y para las miradas de cientos de turistas que a diario llegan a nuestra capital en buses que ingresan por la Terminal de Transportes del Norte de Medellín y ven pasajeramente esos bellos jardines, sin saber que fueron cultivados por las manos mágicas de este sencillo hombre.

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