Santiago Tobón Escobar nació en Medellín, pero hace 20 años vive en Madrid, España, ciudad donde dirige la editorial Sexto Piso junto a tres personas más. Anteriormente visitante de la Fiesta del Libro, hoy partícipe activo de lo que él nombra “la feria con el modelo de ferias más interesante que he visitado”.
Usted vive en Madrid, España, y ahora está de nuevo en Medellín, su ciudad natal. ¿Qué significa para usted esta ciudad?
“Bueno, muchas cosas. Yo viví aquí prácticamente 20 años, nací en Medellín, soy de Medellín, siempre tenía una relación muy directa con la ciudad y para mí llegar años después como invitado a la Fiesta del Libro es una situación muy alegre, excepcional, me enorgullece mucho estar aquí de vuelta, poder llegar a lectores aquí también, porque mi trabajo tiene una vocación para buscar lectores en nuestra lengua común en muchos sitios, pero uno siempre tiene el origen en la cabeza y volver a Medellín es como una alegría, como cumplir un ciclo”.
Santiago Tobón Escobar
¿Cómo ven en el mundo editorial que un colombiano dirija una editorial española?
“Quizás los comienzos siempre son difíciles por varios motivos, no solo por la condición de migrante, sino que también hay que acomodarse a las situaciones de cada país, porque son diferentes, hay que aprender a hacer las cosas con esos códigos y llevan un tiempo largo. Es un proceso, pero diría que, para muchos, a veces juega en contra, en muchos sentidos llama la atención, puede ser un punto de diferenciación y eso también es aprovechar. En general es un sector que yo creo admite bien este tipo de cosas y estoy muy contento de poder estar ahí”.
¿Cómo ve la Fiesta del Libro comparada con otras ferias?
“Es la feria con el modelo más interesante quizás, porque a nosotros como editores nos permite estar en contacto con un público lector al que normalmente no tenemos acceso, porque nosotros editamos los libros y los libros llegan a las librerías y son los libreros y libreras quienes se encargan de conocer a los lectores directamente. Este tipo de ferias nos da mucha vitalidad, nos enseña cosas, nos da ideas, ese contacto directo con el público, pasar de ese anonimato del lector a ponerle cara es algo muy especial para uno como editor, y por otro lado, el emplazamiento de la feria es casi único. La Feria del Libro de Madrid es una feria que se realiza también al aire libre en un parque. Yo diría que, junto a esta, son las dos ferias más gratas para mí. Estoy muy contento con lo que veo, hay gente muy interesada en la lectura, en nuestros libros. Hay mucha edición independiente aquí y yo siempre he creído en esos vasos comunicantes que no somos competencia, sino que básicamente nosotros podemos hacer que la gente llegue a otro tipo de editoriales y encuentre otras lecturas que son más complementarias que competencias. Me ha llamado la atención, no solo la cantidad de público que he visto pasar por la Fiesta, sino el interés real por la lectura”.
Un escritor elige un fondo y una forma. ¿Cómo logra como editor intervenir eso sin que el autor se moleste?
“Pues es un poco el trabajo del día a día del editor y lo dividiría en dos cosas. Hay quizás menos conflicto en las obras que son escritas originalmente en otra lengua, porque digamos que ahí el grado de intervención de parte del autor es menor, a diferencia de la edición en la misma lengua, donde hay muchos egos de por medio. Hay que respetar ciertos límites de lado y lado: un editor es libre de decidir qué incorpora en su catálogo y un autor es libre de decidir cómo va el texto en su obra. Pero ahí hay una relación que tiene que ser más de complicidad y de ayuda que de enfrentamiento”.
¿Cuál es su escritor favorito de los que ha leído últimamente, un autor independiente o un libro que lo haya marcado?
“Creo que uno como lector va evolucionando. Un poco de eso es el reflejo de la editorial, o quiero pensar que la editorial Sexto Piso se refleja así. Sin dudarlo, Vivian Gornick, la autora estadounidense, es como una piedra angular de la editorial; tengo también un cariño muy especial por la obra de Nell Leyshon, la autora inglesa. Los pocos libros que llegamos a publicar en la editorial de Roberto Calasso nos influyeron mucho, o a mí personalmente como editor, porque ya murió hace unos años, pero era un autor, editor y nos ayudó mucho. Después, no sé, hay autores más difíciles, menos conocidos y menos obvios dentro de la editorial que también me gustan mucho, como el brasileño Raduan Nassar, un autor muy raro, con tres libros escritos en 40 años, retirado un poco del mundo de la literatura y con unas obras cortas, pero que a mí como editor me parecen únicas y muy originales”.
¿Cómo es su vida familiar, teniendo en cuenta que vive en España? ¿Tiene la familia acá en Medellín o hay familiares en España?
“No, mi familia toda vive en Medellín Por eso también es un punto de llegada mío, en muchos sentidos, personales y laborales. Es un lugar de visita que siempre tengo en mi mapa mental de ciudades. Mi vida en Madrid es muy tranquila. La vida en España es un poco diferente en muchas cosas, pero pensando un poco en Europa en general, uno sí termina viendo que muchas costumbres de vida latinas se parecen a las españolas. También es un trabajo muy absorbente, y no lo digo como una queja, lo disfruto mucho, porque es casi una especie de modo de vida. El sector cultural y editorial en España, en Madrid, es muy fuerte. Tengo muy buenos amigos en el sector. Tengo una relación personal con muchos autores. Eso marca también mi vida. Es una vida un poco ocasional en ese sentido”.
¿Qué es lo que más extraña de Medellín?
“Es difícil, pero diría obviamente: la familia y el paisaje en un sentido más amplio, las montañas, el valle, todo esto es con lo que uno está más relacionado en Medellín, pero el paisaje urbano también, las calles, el clima, un poco eso es algo que yo diría que extraño más de la ciudad”.
¿Tiene proyectos nuevos que quiera realizar con la editorial?
“Una editorial en general es un laboratorio abierto, siempre de experimentación, siempre con ideas nuevas, colecciones que uno quiere hacer. No es para nada una vida monótona y siempre hay nuevos proyectos, autores por incorporar, colecciones como decía, obras ilustradas. Sexto Piso es una editorial muy heterogénea que trabaja todos los géneros literarios, pues esa diversidad es enriquecedora, apuntamos a la poesía, libros ilustrados, narrativa, ensayo, eso nos permite que todo el tiempo estemos en una actividad diferente, pensando nuevas cosas”.
¿Qué le diría a una persona que quisiera publicar un libro?
“Si un autor quiere llegar a una editorial, hay varios procesos. Uno, la autoedición, que es válida, es cuando el autor decide autopublicarse, pero digamos que no pasa por el filtro de un editor; hay otra que son los premios literarios, que generalmente incluyen la publicación del libro, que es una manera muy válida, que además da mucha legitimación, porque los premios tienen prestigio. Y después en una relación más directa de la que tenemos nosotros, hay dos formas. Una figura que yo recomiendo a los autores son los agentes literarios, que son, digamos, personas profesionales que representan al autor y que buscan editores para ese autor. Y en general es una lectura bastante profesional. Digamos que antes de mandar una obra, conocen el perfil de la editorial, saben qué tipo de libros publican, qué les interesa y qué no. Y eso ya es un filtro muy importante para un editor, porque uno confía en que ese profesional, ese agente literario nos mande obras que en teoría van a generar interés para la editorial”.
Finalmente, ¿considera que la inteligencia artificial es una amenaza para el mundo editorial?
“El sector editorial vive siempre en crisis. En estos 20 años ha habido crisis por todo. Yo recuerdo cuando salieron los libros electrónicos. Nosotros, que somos editores en papel, preferentemente -también tenemos libros electrónicos-, decíamos: se va a acabar la lectura en papel. Cuando sale el audiolibro, incluso en las primeras versiones, se va a acabar la lectura en libro. Finalmente, esas cosas no pasan y se encuentran sitios de convivencia. Y también el editor termina asimilándolo de algún modo y dándole su justa medida a estas cosas”.