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Medellín

El Mundial Femenino Sub-20 se vive en las comunas de Medellín

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La comuna 5 de Medellín, Castilla, fue testigo del Festival FIFA “Vamos Todas”, un encuentro donde 110 niñas de diferentes escuelas de fútbol se reunieron a disfrutar del entrenamiento.  Un evento que hace parte de la fiesta del Mundial de Fútbol Femenino Sub-20, que se vive en la ciudad.

La celebración del Mundial Femenino de Fútbol Sub-20 llegó también a las comunas de Medellín, y en esta ocasión, el barrio Castilla, en la comuna 5, fue el sitio elegido para reunir a 110 niñas, entre los 8 y los 12 años, quienes fueron las protagonistas en el Festival FIFA “Vamos Todas”, un espacio creado para llevar este torneo Mundial Femenino a todos los sectores de la ciudad -incluyendo zonas rurales de nuestra capital- con el fin de infundir los valores que representa la FIFA en la división femenina: inclusión, empoderamiento y acercamiento al deporte.

Goles y música

En medio de goles y música, las risas no se hicieron esperar, y no es para menos: Colombia y Medellín están de fiesta al ser los anfitriones del Mundial Femenino Sub-20, una gran oportunidad para llevar a todos los rincones de la ciudad el mensaje de que el fútbol no tiene género, pero sí un corazón inmenso para unir a todos en torno a la pelota.

Cada vez el fútbol femenino toma más fuerza y resuena más en el alma de los espectadores, así lo menciona Lucía Mijares Martínez, experta en futbol de la FIFA: “pese al poco tiempo que el fútbol femenino se ha dado de manera oficial, como lo vemos hoy en día, se ha exponenciado y multiplicado de forma mucho más acelerada que el varonil. El fútbol femenino hay que compararlo y valorarlo desde su historia. Hoy me encanta ver como padres y madres de familia están acá diciendo le apuesto a esto, y precisamente estos son los valores que quiere dejar el fútbol femenino a nivel mundial”.

Lucía Mijares Martínez

En la cancha se vive la pasión por el fútbol y la decisión de hacer de este deporte una constante en sus vidas, porque entre las muchas historias que se escuchan dentro de los camerinos, perdura el deseo de ser como las grandes, de cantar los goles con la misma potencia, de llegar tan lejos como ellas, porque el fútbol no tiene fronteras.

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Sofía va tras un sueño

Sofía Avendaño, de 10 años de edad, tiene claro lo que quiere ser en la vida: una futbolista profesional como Manuela Vanegas de la Selección Colombia; su madre dice que lo que inició como un juego ahora es un estilo de vida lleno de disciplina y entrega, pues los entrenamientos no dan espera y su actividad favorita en los descansos del colegio es jugar al balón con sus amigas.

Sofía Avendaño

La niña no titubeó al responder cómo se siente cada vez que practica su deporte favorito, con una mirada fija y con carácter sostiene que se siente como “una mujer valiente, que le gusta el fútbol, ser amable, compartir con sus compañeras y muy afortunada de pertenecer al club de Formas Ïntimas”.

Y es que el fútbol tiene un componente social tremendo por su capacidad de unir en torno a la celebración, de crear tejido social, de reunir a la familia y de dar propósito a tantas vidas que andan en busca de uno. Es un agente de cambio que tiene el potencial de transformar realidades y salvar vidas que subsisten en territorios complejos.

Acompañamiento integral

Carolina Durán Betancur, entrenadora de Formas Íntimas, explica que su acompañamiento a las niñas es integral, va desde lo físico, pasa por lo psicológico y llega a la emoción, cuenta como la FIFA la está capacitando para ser una ’Salvaguardia’, una figura que procura el cuidado de las niñas, tanto dentro, como fuera de la cancha.

Durán, quien también trabaja para Alexia Putellas, capitana del Barcelona, comenta que: “Lo que me ha motivado  de esta instancia de ser profe es poder dejar huella en las niñas, formarlas para la vida y no para el momento, siempre les digo que crean en sus sueños, porque si creemos en nosotras mismas todo será posible”.

Una vez terminado el entrenamiento, todas vuelven a casa, con el aprendizaje del día, el sudor en su frente, con el deseo inmenso de correr, de compartir, de vivir la fiesta del fútbol y con sueños llenos de gloria y emociones.

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